Jesus

La política la descubrimos hoy en día cuando hurgamos en nuestras vidas y descubrimos que no son tan nuestras como pensábamos, y entonces, tomamos una posición – quizá por primera vez – que se enfrenta a un poder que dispone de nosotros y nos envuelve. Es ese grito que dice “NO”, ese deseo de detener el mundo, de declararse en huelga permanente, de paralizar la vida, esa vida a la quer se nos obliga …

La política la descubrimos cuando naufragan nuestras ilusiones forjadas en la seguridad y el confort de los “años de prosperidad” en los que creíamos realizarnos, y en los que nos creímos el futuro. De repente somos vomitados a la periferia de la sociedad “en crisis”, y perdemos la ficción que nos permitía sobrevivir, y así nuestras vidas se hacen irremediablemente políticas, sin más refugios donde guarecerse, finalmente expuestas …

Y la política hoy emerge en la rabia que nos da descubrir que se nos ha estado robando la vida, que no estamos viviéndola puesto que somos vividos por ella, desde fuera, sin ser nosotros, y ese profundo malestar, ese hervidero de contradicciones que nos hace enfermar, y al que podemos dar un sentido político, gritando ese “NO” que pronto encuentra eco en los otros “noes” que se empiezan a oir a nuestro alrededor y que así se convierten en esperanza, quizá la única esperanza.

(Reivindiquemos nuestro anonimato, no queramos ser aprisionados por las cadenas de un nombre, de una definición, sobrevivamos en esa nada verbal para ser nosotros mismos, para serlo todo, 
sin dejarnos definir por ellos)