Miguel, Alessandro y Montse

Miguel

¿Qué es estar politizado hoy en día?
• Estar politizado no se puede dar en una vida privada. Esto no significa que la  existencia se pueda inscribir completamente o en una vida política o en una vida  privada. En otras palabras, la politización es intermitente, va de una a la otra. En este aspecto hay que tener en cuenta la interpenetración de estos dos ámbitos en las sociedades generales (derechos privados se convierten en públicos y los públicos en privados)
• Estar politizado, de manera general, es dirigir los esfuerzos de uno mismo a una causa común. En este sentido, formar parte de un partido político, una ONG, ser  miembro de una organización social (también deportiva) de cualquier tipo, es estar  politizado. ¿Qué tipología se podría trazar?
• Estar politizado es siempre formar parte de un nosotros. El peligro del nosotros es algo sabido (dictadura del partido, enfrentamiento etc.) ¿Habría que sortear este peligro? ¿Cómo?
• La disparidad de politizaciones nos sume en una confusión en la que somos incapaces de discernir el valor de cada una de ellas. ¿De qué manera se podría hacer esto? Tener una vida política empieza por tomar una decisión (“decido implicarme en este proyecto” etc.) y esto hace difícil la crítica y proponer alternativas. 
¿Cómo ser críticos?
• ¿Está la vida política definida por el contenido o por la forma? Es decir, ¿es significativa la razón por la que uno se politiza o el cómo se politiza?
• ¿Qué relación tiene la politización con el anonimato y la visibilidad? Sirve la politización para que se nos reconozca (derechos, leyes, normas) o, por el contrario,  para hacernos invisibles al poder?

Alessandro.

El concepto de politización tiene un significado doble. En primer lugar, según Carl Deutsch, la politización es el proceso a través del cual algunas cuestiones que no tenían relación directa con la política, ahora empiezan a tenerla. Esto puede deberse a una mayor interconexión entre una cuestión o un aspecto social (por ejemplo, el movimiento estudiantil en los años
60-70) y los detentores  del poder político-social (en general, los gobernantes). Por otro lado, la politización es un proceso que indica una mayor implicación y participación en los asuntos públicos de los ciudadanos. En este sentido puede afirmarse que esta no puede darse en la esfera privada de los individuos, a pesar de que la esfera privada pueda representar el lugar donde el individuo encuentre la motivación y la fuerza para empezar a politizarse.
Del nacimiento a la muerte, cada ser humano participa a la vida social, entendida como una red compleja de transiciones e intercambios sociales a las que puede contribuir por el simple hecho de ser un “participante”.
La participación política asume su significado más entendible si  estudiada como un conjunto de acciones de sujetos individuales y colectivos que – actuando de distintas formas en la que hoy en día se conoce como “sociedad civil” – influyen sobre las problemáticas relativas al clima político y social de las comunidades humanas, no sólo a nivel de valores e ideas, sino también a nivel de decisiones concretas. En este sentido, la politización puede acercarse mucho al concepto de participación política, definida por Rush en 1992 como la implicación del individuo en la vida política, incluyendo un abanico de actividades y de niveles de implicación que van del desinterés absoluto a la aceptación de un cargo público. Haxford en 1997 define la participación política, más en general, como el conjunto de accionesciudadanas con el objetivo de influenciar el proceso político (de toma de decisiones a cualquier nivel).
Más interesante resulta la clasificación de las formas de participación política dada por
Barnes y Kaase en 1979, quienes distinguen a individuos: a)       Inactivos: a lo mejor se informan o firman una petición;
b)      Conformistas: se involucran en formas convencionales de participación;
c)       Reformistas: participan de forman convencional y algunas veces se juntan a formas legales de protesta;
d)      Activistas: cubren todo el abanico de formas convencionales de participación y algunas veces se implican en formas ilegales de protesta
e)       Protestantes (Protesters): rechazan todas las formas convencionales de protesta y se implican sólo en formas no convencionales e ilegales.
Para aclarar la distinción terminológica, según Raniolo (2002), las formas no convencionales de participación social incluyen todas las acciones de protesta que pretenden representar un reto para las elites y las autoridades públicas, de contestación de la estructura de los intereses y del sistema de valores dominantes, de las políticas formuladas e implementadas.
En mi opinión, a esta clasificación hay que añadir la categoría de free-riders dentro de los inactivos, que son los individuos que deciden de forma autónoma y consciente no participar porque gozan de los resultados conseguidos por la acción politizada de los demás individuos.
A menudo estos individuos temen represalias de los detentores del poder político, social o económico, así como los inactivos.

Contestando a algunas preguntas que Miguel ha puesto antes, yo creo que la politización tiene que ver con la forma de acción de los individuos, ya que cada uno de ellos puede tener una motivación distinta, incluso puede haber alguno que actúa sin estar consciente de las razones que quiere defender, y lo hace sólo por emulación o por seguir perteneciendo al  “nosotros”, o sea por miedo de quedar excluido de su grupo social de pertenencia por ser un free-rider.
Ser politizado hoy en día implica relacionarse con el poder aceptándolo o contestándolo,  buscando modificarlo o buscando impedir que se vea modificado: la politización puede deberse a la voluntad de reforma o de mantenimiento del orden (conservadurismo) social. En esta relación con el poder los individuos buscan salir del anonimato, a menudo resaltando su pertenencia a un grupo social con características identitarias definidas.
Para poder afirmar qué es hoy en día “ser politizado” creo que tenemos que intentar  delimitar el campo de análisis que queremos analizar, o sea determinar qué características de la sociedad actual creemos que son más relevante en este aspecto, y luego relacionarlas con la politización. Por ejemplo, hoy vivimos en sociedades complejas donde el individuo está muy lejos físicamente e ideológicamente del poder, al contrario de lo que pasaba en la democracia participativa de las polis griegas. Es obvio que la politización de hoy no tenga nada que ver con la de entonces, a nivel material y a nivel ideológico. La pregunta es ¿hasta qué punto la politización es influenciada por el contexto social en el que se da? Por ejemplo,  ¿es la politización el resultado de procesos establecidos socialmente como el consumismo y el conformismo?

Montse

No sé cómo empezar porque tampoco tengo un discurso muy elaborado y hablar sobre lo que significa politizarse hoy en día me parece como un tema bastante amplio, retomaré vuestras ideas para comentar aquellos puntos en donde me reconozco. Cuando hablamos de politización pensamos en la polis ,y por ende, en lo público y lo colectivo, es decir, nos remitimos a un espacio donde convergen una disparidad de opiniones que actúan sobre un plano que pretende ser común a todos. Como comenta Miguel, politización implica un nosotros, por lo tanto un estar abierto a los demás.
Por otro lado, Alessandro comenta que la politización tiene que ver con la forma de acción de los individuos, estoy totalmente de acuerdo, y además que cada uno de ellos se mueve por  motivaciones e intereses propios. Quizás aquí lo relacionaríamos con la disparidad de politizaciones que según Miguel, nos sume en una confusión donde no podemos discernir el  valor de cada una de ellas. Lo que ocurre es que aquí ya introducimos un juicio de valor y empezamos a preguntarnos por el sentido del estar politizado, pero, ¿realmente se tiene consciencia de estar politizado? Alessandro se pregunta hasta qué punto estar politizado tiene relación con el contexto social, yo creo que la tiene toda, es decir, actuamos en base al contexto social en el que estamos, desde ahí es donde nos posicionamos, por eso considero muy interesantes las ideas de consumismo y conformismo. Es llegado este punto donde me pregunto si realmente sabemos qué es estar politizado, porque también se ha dicho anteriormente que una forma de estar politizado proviene del desinterés absoluto. Por ejemplo, pongamos el caso del ciudadano de a pie (como se suele decir de forma simpática). Este señor, en la mayoría de los casos en un asalariado, y no decimos obrero porque con el paso del tiempo se ha devaluado, y mucho, el significado de esta categoría. Como decíamos, este señor es una persona que se levanta cada día e invierte la mayor parte de su tiempo en un trabajo que seguramente le reporta una satisfacción mínima, pero que en cambio necesita para poder sortear las exigencias materiales de su existencia. Si además le añadimos que para poder  mantenerse en ese trabajo se le exige, cada vez más, mayor implicación pero sin contraprestaciones, pues llega un momento que no podemos pedirle peras al olmo. Llegados ese momento, lo que deseamos es que nos dejen tranquilos y no nos pidan que además tengamos que posicionarnos sobre según qué cosas, con lo bien que se está en los centros comerciales consumiendo, eso sí, lo necesario, pero lo justo como para conformarme. Con ello no pretendo ser ni simple ni sarcástica, pero creo que este perfil descrito responde por  bastante gente, en este caso, ¿qué es estar politizado? Por otro lado está la pregunta sobre la relación de la politización entre el anonimato y la visibilidad. A mi no me queda muy claro qué es estar politizado desde esta relación. Si estar  politizado tiene que ver con un nosotros se supone, en un espacio público y común, ¿cómo se maneja la idea de anonimato?, ¿es posible que precisamente lo que un anónimo pretenda es ser visualizado?, porque si ese es el caso, resulta bastante paradójica la relación en sí misma. También tengo la sensación que hoy en día, ser anónimo posee unas características muy determinadas. Estamos en una época de gran insatisfacción pero que del mismo modo se deja hacer, y pienso que éste es el terreno idóneo donde mejor se mueve el ciudadano anónimo. Pero, por favor, ¿alguien puede explicarme en qué consiste ser anónimo dentro de este contexto tan multipolitizado?

Miguel

Montse ha extraído el núcleo del quit de la cuestión. Si nos ceñimos al hombre nihilista (pasivo) occidental, ¿qué significaría politizarse para él? Pues bien, yo creo que el hombre nihilista no se politiza nunca, no quiere, no le interesa, no está en sus intereses. El hombre nihilista pasivo (el que no quiere nada) se encierra en una vida privada.
Por tanto, podríamos plantear al hombre anónimo como aquél que está entre el hombre pasivo y el activista político, digamos (políticos, agentes estatales etc.) Entonces, ahora así,  ¿qué significa estar politizado? Para mí sería la posibilidad de expresar el malestar social (el  mismo que nos retrata Montse). Él quiere hacer algo con él, transformarlo, dirigirlo contra los dispositivos de poder que le provocan el malestar (enfermedades del vacío: depresión,  suicidio etc.)
Ahora bien, quiero también decir algo sobre el "anonimato".
Este hombre anónimo (que, en cualquier caso, somos tú y yo) no reclaman nada en concreto: no buscan que se cumplan sus derechos ni que se les reconozcan algunos (esto es, por supuesto, imprescindible en muchas politizaciones pero yo creo que no lo es para la del hombre anónimo).
Por lo tanto, politizarse podrían ser los momentos en los que el hombre moderno logra hacer  visible su malestar, de manera anónimo, y consigue cortar la lógica política-capitalista. NOTA: (que os conozco y sé por donde me vais a atacar): esto no significa que se tenga que utilizar  siempre la violencia (aunque este sería otro tema)

Alessandro

El debate se está haciendo interesante, hay muchos temas en la mesa. Primero, yo creo que la cuestión del anonimato se soluciona un poco retomando el concepto de "multitud", es decir, el hombre anónimo se politiza a través de un grupo/una colectividad/un nosotros que le permite expresar su malestar social (pero no nos olvidemos que hay muchas manifestaciones de conservadurismo social también, como os dije la primera vez), siendo al mismo tiempo visible (como parte del grupo) e invisible/anónimo (como uno entre tantos).
Miguel me pidió que retomara la clasificación de acción política, y le añado la categoría de sujeto pasivo nihilista, y diferencio entre sujeto anónimo y personaje público:o)   pasivo - nihilista: rechaza cualquier forma de participación social.
Sujeto anónimo:
a)       Inactivos: a lo mejor se informan (periódico, internet, charlas con amigos o compañeros de trabajo) o firman una petición;
b)      Conformistas: se involucran en formas convencionales de participación, como huelgas reglamentadas, manifestaciones pacíficas autorizadas;
c)       Reformistas: participan de forman convencional y algunas veces se juntan a formas legales de protesta (manifestaciones pacíficas no autorizadas que ocupan una calle pero no paran las actividades principales);
d)      Activistas: cubren todo el abanico de formas convencionales de participación y algunas veces se implican en formas ilegales de protesta (manifestaciones no autorizadas, piquetes, ocupación de edificios o espacios públicos, interrupción de transporte público,  destrucción de máquinas de las fuerzas policiales, daños provocados a tiendas de multinacionales);
e)       Protestantes (Protesters): rechazan todas las formas convencionales de protesta y se implican sólo en formas no convencionales e ilegales (como arriba).
Personaje público, totalmente politizado:
1) activista
2: protester.
Dentro de cada movimiento/grupo social hay uno o pocos individuos que "ponen la cara", se convierten en los personajes conocidos con los que los demás se identifican: es suficiente que cada grupo tenga una cara conocida, para que los demás puedan quedarse como anónimos, como parte invisible del todo visible.
Como dice Miguel, politizarse no siempre tiene como objetivo algo concreto, puede ser el medio para expresar el malestar individual o de una colectividad. Una pregunta interesante: es posible politizarse estando solos hoy en día, o es necesario juntarse a una colectividad, a algún grupo social que funcione como vehículo de difusión del mensaje de los individuos?
Otro aspecto a considerar es que a veces la suma vectorial de las motivaciones individuales es diferente a la motivación del grupo, que puede ser objeto de interpretaciones externas (como ha mencionado Miguel, la clase política puede intentar disminuir una acción como la del 11-M), porque en un grupo se dan unas dinámicas ínter-subjetivas impredecibles.
En suma, politizarse hoy en día es participar a la vida política-social-pública de la colectividad a la que pertenecemos, por una infinidad de razones, con distintas formas, maneras e instrumentos. La gran mayoría de individuos se politiza porque no se quiere conformar con la configuración de la sociedad, pide cambios o pide que algunos cambios no se hagan, expresa su malestar (especialmente hacia los que detentan el poder político, económico y cultural).

Montse

Veo que hemos conseguido crear toda una tipología del ser político. Descartando las formas convencionales que ya conocemos me quedaría con la siguiente diferenciación (la clasificación que ha hecho Alessandro me parece muy esclarecedora):
• Hombre nihilista pasivo: no quiere nada, se retrae a una vida privada y no se politiza nunca.
• Activista político.
• Hombre anónimo: entre el nihilista pasivo y el activista político.
De hecho nos quedamos con este último y es el que más nos interesa.  Miguel comenta que politizarse son aquellos momentos donde el hombre anónimo expresa su malestar y lo visualiza a través de gestos radicales como fue el caso del 11-M. Para ello necesita estar  acompañado de un grupo donde se exprese el mismo malestar y creo que con ello respondo a Alessandro cuando pregunta si es posible la politización de forma unilateral o es necesario la fuerza de un colectivo. También es cierto que el anonimato puede tener varias lecturas, se puede ser anónimo siguiendo a un colectivo determinado (fuerza política o de similares características) pero este ser anónimo ya parte de una identificación, o bien el anónimo "sin nombre".
Como ya hemos comentado antes y respondiendo al primer apartado de Miguel, votamos que sí, que creemos que la politización, en el caso del hombre anónimo, siempre procede de un malestar.  Creo que el hombre, sea anónimo o no, nunca puede politizarse individualmente, siempre necesita de un otro para que su acción adquiera un significado político, por otro lado, eso no significa que el hombre no pueda actuar por sí mismo, pero en ese caso no creo que  estuviéramos hablando de politización, quizás tendríamos que buscar otra definición. Aunque desearía encontrar una explicación que defienda la posibilidad de una politización individual.
Repetimos de nuevo: el hombre anónimo expresa su politización a través de su malestar, y en este sentido no creo que haya una derrota aunque estemos inmersos en el modo de vida capitalista en el que vivimos. Porque es ahí donde adquiere significado la dualidad del  hombre anónimo entre su existencia y resistencia. Sin esa exterioridad en la cual combatir no se necesitaría resistir. Identificar el malestar es el resorte que activa la politización del  hombre.
¿Pueden darse las condiciones para que esta dualidad desaparezca?, es posible, claro, siempre y cuando coincida el estatuto del querer vivir con la realidad misma, pero, ¿cómo es posible que esto suceda?, es decir, podemos identificar claramente qué es aquello que no queremos vivir, pero la pregunta es, y espero no caer en la ingenuidad, ¿sabemos qué es lo que queremos vivir? Podemos compartir una escala de valores pero ¿sabemos cómo estructurarlos entre todos?, ¿cómo podemos salir de este paradigma para construir uno de nuevo?
NOTA: Miguel, en un e-mail anterior hiciste referencia a la violencia: ¿cómo se está plasmando el malestar general en el caso de Argelia y Túnez?, ¿es el hombre anónimo el  que está actuando? ¿hay un límite que legitime la violencia?